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¡¿Cómo que el Perú no es solo Lima?!

  • Foto del escritor: Luana Baca
    Luana Baca
  • 26 sept 2021
  • 3 Min. de lectura

Luana Baca escribe

Ilustraciones: Canva.com / Montaje: Nurit Mitrani


Durante más de dos semanas hemos visto, oído y leído noticias centradas en San Juan de Lurigancho. Y es que, el 4 de septiembre se produjo un aniego en el lugar que derivó en días muy duros para los ciudadanos de este distrito, pues se quedaron sin agua, un recurso tan vital para subsistir como lo es el aire.


Un suceso realmente lamentable, pero que, por suerte, está (más o menos) solucionado. Y, en verdad, quiero felicitar enormemente, de todo corazón, a los medios de comunicación por la gran cobertura que hicieron del caso. Ninguno de los más grandes diarios o canales de televisión, tales como Diario el Comercio, La República, RPP, América Televisión, Latina o ATV, falló en darnos actualizaciones continuas de lo que acontecía, en presentar las denuncias de los vecinos, las declaraciones de El Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima o, mejor dicho, SEDAPAL. No defraudaron tampoco en, de este modo, ejercer presión mediática para que las autoridades del país se pronuncien y ayuden a arreglar el problema.


Sin embargo, este mismo caso en particular me ha llevado a plantearme una pregunta que no puedo sacarme de la cabeza y es: ¿Qué habría pasado si es que un caso similar se hubiese dado en una ciudad, o mejor, en un pueblo del “interior” del país, como les gusta llamarlo a algunos? ¿Habrían recibido la misma atención por parte de todos estos medios?


Para ser sincera, lo dudo, porque lo que no pasa en la capital, no pasa simplemente. O, al menos, algo verdaderamente muy, muy grave tiene que suceder para que siquiera se acerquen y saquen una o dos notas, o lo mencionen en su programa. Hace poco, leí una crónica titulada “Un niño manchado de petróleo” del periodista Joseph Zárate, publicada a finales de diciembre del 2017. En ella se cubría el tema del derrame de petróleo por Petroperú en la Amazonía. Sutilmente hizo una pequeña crítica a la forma en que los medios cubren los desastres, pero hubo una frase en particular de uno de los protagonistas del relato, Osman, que se me quedó grabada, y que siento que describe perfectamente la situación:


- “Mi papá dice que la gente solo viene acá cuando pasan cosas feas”.


Y tristemente, por experiencia propia, sé que es cierto. Pero no es una novedad, el Perú es un país con un problema de centralismo muy serio, a pesar que desde el 2002 se inició el proceso de descentralización, durante el gobierno de Alejandro Toledo. Y es que, miremos las cifras. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), para el 2017, 33 de cada 100 personas que residen en Lima no han nacido allí, y, de los casi 6 millones de migrantes internos del país, Lima y Callao agrupan a casi un 58% de estos. Entonces, al igual que el resto de ámbitos se agrupan en la capital, lo mismo sucede con los medios de comunicación.


Por lo que sí entiendo por qué sucede, Lima agrupa a casi un tercio de la población nacional. ¿Pero no es injusto acaso que mientras el país entero tenga que mirar y entender lo que sucede en la capital, el resto del Perú no se entere de los problemas que ocurren en las demás provincias? ¿Ejercer la misma presión mediática para procurar soluciones? ¿Para crear conciencia?


Y sí, también es cierto que por lo general las regiones tienen sus propios medios, pero seamos sinceros: No tienen el mismo alcance, no la van a ver la misma cantidad de personas, no ejercerán el mismo tipo de presión.


Así que gracias, aprecio la labor exhaustiva de la prensa por mantenernos informados sobre lo que pasa en la capital, pero no haría mal que se hiciera un esfuerzo más grande por mostrar la misma energía con las noticias de otros lugares fuera de la burbuja limeña. ¿O es que el el Perú sigue siendo Lima; Lima el Jirón de la Unión; el Jirón de la Unión el Palais Concert y el Palais Concert, yo? Para pensarlo un poco, la verdad.

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