Plegarias de un pueblo milenario: entre la vida y la muerte, un día solemne
- Nurit Mitani
- 15 sept 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 24 sept 2021
Cada año, el pueblo judío se congrega para realizar un ayuno de 25 horas, en el que imploran perdón al Juez Supremo en aras de conseguir la redención para el nuevo ciclo.

Ilustración: Freepik.
Inicio: Miércoles 15 de Septiembre, 5:46 pm.
Es invierno. La tarde llega a su fin. El calendario marca el décimo día de Tishrei1. Hoy más que nunca las puertas del cielo están abiertas de par en par. Ahí, yacen dos simbólicos y sagrados tomos. Ambos libros son casi idénticos en apariencia y contenido. Por fuera, sus cubiertas austeras forran los escritos con un manto serio e impenetrable. Cada uno contiene una infinidad de prístinas hojas color hueso con nombres firmados a mano, en tinta dorada y con honesta caligrafía. Ambos se posan sobre una alargada y fuerte mesa, rodeada de brillo fantasmal incandescente.
Juntos, estos volúmenes reúnen la existencia de todos los seres vivos que habitan en la creación de El Eterno. Políticos, flores, adultos mayores, vacas, estudiantes, mujeres, árboles, luciérnagas, lectores, mascotas, orquídeas y criminales. Cada quien está inscrito con nombre y apellido en uno u otro compendio. Mas aquí, vale la pena hacer una mínima pero importantísima aclaración. Con la llegada del siguiente ocaso, las almas serán juzgadas por El Misericordioso y este terminará por rubricar sus destinos en uno de los dos listados divinos. Al menos, esto es lo que creen la mayoría de judíos alrededor del mundo.
“Cuántos pasarán por este mundo, y cuántos nacerán; quién vivirá y quién morirá. Quién cumplirá sus días y quién será truncado. Quién perecerá víctima del fuego, y quién morirá sumergido por aguas tempestuosas. Quién será…”, corean al unísono los descendientes de Judá, su padre Jacob, el padre de su padre Isaac y el padre del padre de su padre Abraham, durante este “Iom Kipur” o Día del Perdón, con la esperanza de cambiar su fortuna para el próximo año: ser inscritos en el Libro de la Vida, Bendición, Paz y Sustento y no en el Libro de la Muerte.
Según marca el almanaque hebreo, esta penitencial fiesta judía se celebra 10 días después de año nuevo (Rosh Hashaná). Durante este período, se invita a una profunda reflexión que, dependiendo de la teología personal de cada quien, implica pedir perdón a otros, a uno mismo y/o al Santo Bendito Sea. Esta es la esencia de la sacra festividad del perdón, como lo explican año tras año diversos Rabinos al rededor del Perú y el mundo a los fieles judíos.
En resumidas cuentas, Iom Kipur es tanto un día de juicio, como “un obsequio de D-os2 para la humanidad, un día de gracias el cual permite al hombre limpiarse a sí mismo y comenzar la vida de nuevo”, tal y como narra el boletín de esta semana del Beit Jabad Perú3 . Con esta promesa en mente, los judíos de todos los rincones del mundo se congregan una vez al año en las sinagogas para suplicar la expiación de sus transgresiones, a través del ayuno y la lectura de la Torá (Antiguo Testamento) y el Majzor, un texto litúrgico con cientos de rezos.
Víspera: Miércoles 15 de Septiembre, en la mañana.
En Israel, quienes residen allí permanentemente, cuentan que la vida entra en pausa. Mientras que el paraíso se abre para recibir las plegarias; el aeropuerto, las estaciones de radio y televisión, las oficinas y los colegios clausuran sus entradas. “Todo y todos se paralizan para pedir por una sola cosa: perdón a D-os”, comenta una ciudadana israelí.
A aproximadamente 12,427 kilómetros de distancia, en Lima, las familias judías emprenden el mismo camino de introspección. “Ni alimento ni bebida alguna tocan los labios del judío a lo largo de sus 24 horas. No hay otra tarea para él que la teshuvá [arrepentimiento]. La jornada transcurre fuera del mundo, en la casa de D-os, en el reino de la plegaria”, afirma convencido el rabí Leo Trepp en uno de sus muchos textos sobre la experiencia judía.
Transcurso: Jueves 16 de Septiembre, todo el día.
El itinerario de esta jornada empieza con el Servicio Matutino, la Lectura de la Torá, el Servicio de Izkor (Recordación), el Servicio de Musaf (Agregado), el Servicio de Minjá (Tarde), el Servicio de Neilá (Cierre) y el Servicio Vespertino Diario. Como dictamina el propio Majzor, se combinan los oficios cotidianos con los de este Día de Expiación, así como se intercalan prédicas y pensamientos de los rabinos a cargo.
Se podría decir que son innumerables los instantes durante el Día del Arrepentimiento Sincero en donde la sensibilidad está a flor de piel. Sin agua o comida, el cuerpo se debilita. Cada minuto que se está de pie, el ambiente se espesa aún más. Algunos no pueden parar de carraspear mientras recitan sus oraciones: sus gargantas están demasiado secas. Hace frío, hace calor. El aire que se respira está plagado de incertidumbre. La preocupación es compartida: ¿Seré inscripto y rubricado este año en el Libro de la Vida junto a mis seres queridos?
Lentamente, el sol se empieza a poner sobre el horizonte. Una sensación de urgencia y juicio inminente se apodera de la congregación. Pronto, se llega al rezo de Neilá, el cual indica el fin del día más sagrado del año judío. “Perdona, oh D-os, con Tu gran misericordia el error de este pueblo, pues así lo has hecho desde Egipto y hasta ahora”, claman expectantes los creyentes mientras leen el Majzor.
Cierre: Jueves 16 de Septiembre, 6:36 pm.
Es invierno. La tarde llega a su fin. El calendario casi marca el onceavo día del mes de Tishrei. El momento más ansiado del año ha llegado y la comunidad no puede contenerse. Se está por escuchar el crudo y primitivo estruendo del Shofar, un instrumento hecho con cuernos de carnero que llama “al hombre, para despertarlo, para exhortarlo y conducirlo a la teshuvá [arrepentimiento]”, como se describe en la lectura de Trepp.
Los pecados han sido absueltos, borrados y perdonados. Los nombres han sido ratificados en sus respectivos compendios. El arca se cierra. Yom Kipur renueva las esperanzas del pueblo judío para el año por venir, así como refuerza en cada fiel su convicción, su fe y su fortaleza.
En la Comunidad 1870, se corta el ayuno entre abrazos con jugo de naranja, galletitas y leicaj, el tradicional keke judío de miel y café. Muchos se van a su casa y finalizan allí el día, mientras que otro regresan a casa juntos a sus seres queridos.
Ahora, solo queda desearse mutuamente “¡Gmar Jatimá Tova!” (“¡Que hayas sido inscripto en el Libro de la Vida y las Buenas Bendiciones!”).
1 Primer mes del calendario hebreo moderno, el cual es un calendario lunar que está adaptado al ciclo solar.
2 Para no decir el nombre de El Señor en vano, los judíos redactan su nombre con un guión.
3 Beit Jabad, traducido como “La casa de Jabad”, es una institución judía jasídico ortodoxa que realiza actividades educativas en todo el mundo.
Referencias:
Ederry, M. & Meyer, M. (1989). Majzor para Rosh Hashaná y Iom Kipur. Buenos Aires: Consejo Mundial de Sinagogas & Seminario Rabínico Latinoamericano.
Trepp, L. (1980). Una historia de la experiencia judía. Fe eterna, pueblo eterno. Buenos Aires: Ediciones Seminario Rabínico Latinoamericano.
Agencia EFE (18 de septiembre de 2018). “Israel se paraliza durante 25 horas por Yom Kipur, el Día de la Expiación”. Recuperado de https://www.efe.com/efe/espana/portada/israel-se-paraliza-durante-25-horas-por-yom-kipur-el-dia-de-la-expiacion/10010-3753454 [Consulta: 14 de septiembre de 2021].
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